Pequeños detalles

Aunque mi cumpleaños fue la semana pasada, debido a los exámenes no había podido celebrarlo como es debido hasta este fin de semana.

El pasado viernes lo celebré con mi grupo de amigos más cercano, con el que salgo siempre que tengo ocasión. Ainoa, Andrea, Dácil, Mario y yo, Sara, somos Los Nachos (debido a nuestra pasión por los mismos), y también nos acompañó María. A pesar del chaparrón, nada nos impidió vernos, así que esa noche cenamos donde siempre, en el mexicano. Durante la cena se sucedieron los gritos y las risas (como siempre), hasta que en un momento determinado se apagaron todas las luces y apareció una monísima tartita.

Ayer, sábado, lo celebré con mis amigos del instituto (muchos de ellos están conmigo desde la ESO), y una vieja amiga de la infancia. Después de dar vueltas y vueltas por el centro comercial, nos decidimos a ir a comer a una pizzeria, en la que nada más llegar, mis amigas Andrea y Paula me dieron una corona y una banda inspiradas en el videoclip (si es que se puede llamar así) de Sexy Chambelán de Colibrittany. Al finalizar la comida, durante la entrega de regalos, acabamos todos llorando de la risa, algo muy habitual en nuestro grupo.

En cuanto a los regalos, he recibido multitud de cosas, pero lo que da nombre a esta entrada, han sido lo que más ilusión me han hecho: En primer lugar, la carta escrita por Ainoa, es increíble que en una hoja de papel se puedan plasmar sentimientos tan hermosos; y en segundo lugar, un platito y una pequeña tetera que me regalaron entre tres amigos. La teterita fue fabricada en Macao, y a pesar de su pequeño tamaño tiene unos detalles preciosos; y el platito fue traído desde Nagoya, Japón, y es sencillamente precioso.